Por Patricia Gassó, educadora y psicóloga infantil.
Seguro que os encanta ver a vuestros pequeños jugar a mamás y a papás, arreglar sus coches, cocinar para toda la familia o curar a sus animales de peluche cuando están enfermos. Este tipo de juego tan popular es conocido como juego simbólico o de imitación.
Se trata de un juego en el que los niños pasan continuamente de lo real a lo imaginario. A través de este juego, representan de forma simbólica los roles y las situaciones del mundo que los rodea, lo que favorece la consolidación de sus representaciones mentales.
El juego simbólico o juego de imitación cobra un papel especialmente importante por su gran impacto en el desarrollo socioemocional y cognitivo de los niños. Además, es un gran ayudante para el desarrollo del lenguaje, la comprensión del entorno y la empatía.
¿A qué edad se desarrolla el juego simbólico o de imitación?
El juego simbólico suele empezar a mostrarse alrededor de los dos años, coincidiendo con la explosión lingüística, y perdura todo el tiempo que el niño/a tenga interés por este tipo de juego.
¿Cuáles son los beneficios del juego simbólico?
Siempre insisto en que el juego es FUNDAMENTAL para el desarrollo de los niños, porque para ello no hay mejor forma que aprender jugando.
En este caso, el juego simbólico o de imitación aporta múltiples beneficios en el desarrollo social e intelectual de los niños, y les ayuda a adquirir nuevas habilidades que les resultaran muy útiles en su día a día.
Fomenta su creatividad e imaginación
Los peques imaginan ser o recrean escenas y situaciones que han visto en la vida real, añadiendo una dosis de fantasía junto a sus juguetes.
Ayuda a exteriorizar sentimientos y emociones
Por ejemplo; los miedos, la rabia, la angustia o la tristeza.
Favorece su desarrollo social
Al interpretar diferentes roles, los niños practican habilidades sociales básicas como la empatía, la asertividad, la comunicación o resolución de conflictos.
Fomenta el lenguaje y la adquisición de nuevo vocabulario
Además de hablar entre ellos, mientras juegan e imitan, los peques intentarán poner nombre a aquello que es nuevo para ellos. Y ahí estaremos nosotros y nosotras para enseñarles esa nueva palabra que aún no conocen.
Les ayuda a madurar y reforzar su autonomía
Cuando los niños juegan a ser mamá o papá, a ser profesores, cocineros o médicos, se convierten en adultos dentro del juego, siendo ellos los que toman las decisiones y adquieren sus propias responsabilidades.
¿Qué juguete simbólico es más adecuado? ¿Muñecas, coches o cocinitas?
Para que el juego simbólico sea realmente un juego, siempre tiene que partir del interés del niño. Los niños aprenden a través del juego y juegan divirtiéndose. Si no hay placer, no hay juego.
A veces, como adultos, queremos que jueguen con ciertas cosas que a ellos no les llaman la atención. ¡No caigamos en esto! Un juego sin motivación no es juego.
Ahora que se acerca la llegada de Sus Majestades Los Reyes Magos, procuremos ofrecer a nuestros pequeños los kits y juegos de rol que mejor potencien el juego de imitación que realmente les motive: cocinas de juguete, sets de profesión, muñecas, mercados, garajes, vehículos, etc.
El juego simbólico no entiende de géneros ni de edades, es simplemente una simbolización del entorno.
Si vuestros hijos ya tienen la capacidad de expresar lo que les gusta, os animo a escucharlos y elegir aquellos juguetes que mejor vayan a acompañar su juego.
¿Cómo podemos fomentar el juego simbólico?
Papá, mamá, ¡es vuestro turno! Ahora que ya conocéis los beneficios que aporta a los niños el juego simbólico, os animamos a que lo pongáis en práctica en casa.
Juega con ellos
Sumérgete en su mundo de fantasía y siéntate a beber té, jugar a bomberos o, simplemente, finge comer una deliciosa pizza de plastilina.
Ofrécele material y juegos de rol
Los niños se sentirán más motivados si tienen un kit de profesión, una cocina de juguete equipada o un cinturón de herramientas.
Ayúdale a recrear situaciones y personajes nuevos
Puede imitar situaciones o personajes con los que se sienta identificado.
¡Disfruta de estos momentos de juego simbólico con tus hijos y sumérgete en su mundo de fantasía!
“Quien quiera entender más debe jugar más”, Gottfried Benn